Reseña de cine: El gran hotel Budapest - Wes Anderson (2014)

Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que transformaron Europa durante la primera mitad del siglo XX.







Título: El gran hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel)
Año: 2014
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Director: Wes Anderson
Guión: Wes Anderson
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robert D. Yeoman
Productora: FoxSearchlight/ Scott Rudin Productions/ American Paintbrush


¡Me moría de ganas de ver esta película! Me la perdí en el cine, así que he aprovechado las vacaciones para verla. El estilo del director, Wes Anderson, es muy particular, o lo amas o lo odias. Yo estoy en el primer grupo, y es que con cada película suya que veo, me va ganando más.

El Gran Hotel Budapest es una historia enrevesada. Es una historia dentro de una historia dentro de una historia dentro de otra historia. Un poco lío, pero no es complicado de seguir, ya que se va estructurando toda la película por partes.

A grandes rasgos, es la historia de H. y Zero, conserje y mozo de un hotel, una amistad entrañable enmarcada en un ámbito técnico al que la palabra impecable se le queda corta. Cada plano de la película es una obra de arte inmensa, está medido al milímetro, en composición, una gama de colores preciosa, muy saturada, símbolos, detalles... En definitiva, el amor al detalle del señor Anderson llega a un barroquismo que puede llegar a saturar, pero que siempre ¡Siempre! resulta maravilloso.

El cuadro de la discordia

La trama comienza cuando el conserje del hotel, maravillosamente interpretado por Ralph Fiennes, que llega a resultar entrañable, al mismo tiempo que desconcertante, recibe en herencia de una clienta del hotel, y al mismo tiempo, amiga, una pintura de gran importancia. Ante este hecho, la familia de la difunta se rebela y H se ve obligado a robar el cuadro y huir junto a su conserje, generando así una persecución en la que intervendrán numerosos personajes, cada uno motivados por intereses distintos.

El elenco es impresionante, llenos de nombres conocidos (Ralph Fiennes, Adrien Brody, Jude Law, Bill Murray, Edward Norton, Léa Seydoux, Tilda Swinton, mi adorado Jason Schwartzman, Owen Wilson...), junto con actores jóvenes o menos reconocidos, destacando a Toni Revolori, genial como mozo del hotel, y Saoirse Ronan, una fantástica pastelera. Todos participan de alguna manera en la historia, que, aunque pueda pecar de ser poco trascendental, es divertida, entrañable, y consigue comprometer al espectador con los personajes principales.

Si a una historia que resulta encantadora, con un guión divertido, con muchos puntos acertados, que alterna lirismo con un punto de humor un poco gamberro, le sumas esa impresionante factura técnica, donde el equilibrio en cada plano es preciso, con unos colores saturados que me han resultado fascinantes, pues el resultado es una película altamente disfrutable, que recomiendo sin duda. Y también le pongo mi "etiqueta mágica", por lo que mucho que me ha hecho disfrutar.